El efecto Werther · El suicidio tiene un carácter contagioso entre los adolescentes, pero sólo cuando hay factores que lo predisponen.

Tomado de La Mirada de Jokin

Se hace necesario mirar si hubo violencia doméstica, maltrato, abuso sexual, abuso de sustancias tóxicas, abandono, acoso en el colegio o presión académica. La conjunción de algunos de esos factores puede dar la explicación final


Colombia 8 Jul Poco tiempo después de que Wolfang Goethe publicó "Los sufrimientos del joven Werther" (1774), una ola de suicidios invadió a Europa. La novela narraba el amor de Werther y Carlota, una mujer ya comprometida, y el posterior suicidio de éste como resultado de la imposibilidad de su relación. El impacto de la historia fue tan grande que varios adolescentes que vivían amores contrariados siguieron el ejemplo del protagonista. Y no había duda de que la inspiración venía de la novela, pues vestían como Werther -chaqueta azul, chaleco amarillo, camisa abierta, pantalones blancos, botas altas marrones, sombrero redondo y el pelo sin empolvar- y descargaban el disparo de la pistola sentados en el escritorio y con un libro abierto frente a ellos.

Aquella no fue la primera ni la última demostración del carácter contagioso del suicidio. Según Plutarco, una vez hubo en Mileto, en la antigua Grecia, una epidemia de suicidios de jóvenes que sólo pudo finalizar cuando las autoridades decidieron exponer los cadáveres. En la Biblia, en el Primer Libro de Samuel, se narra que Saúl se suicida dejándose caer sobre la espada y cómo su escudero hace lo propio, siguiendo el ejemplo de su jefe. Incluso se dice que Romeo y Julieta (1595), de William Shakespeare, inspiró a un buen número de jóvenes a suicidarse al estilo de los enamorados: ellos con veneno, ellas con puñal.

Oleadas del mismo corte ocurren de manera tan frecuente que en 1887 el sociólogo francés Emile Durkheim advirtió: "Ningún otro hecho es tan rápidamente transmitido por contagio como el suicidio". Y un siglo después, exactamente en 1974, el sociólogo estadounidense David Phillips le acuñó un nombre al fenómeno: "efecto Werther".

Imitar al ídolo

El efecto se torna especialmente grave entre niños y adolescentes. Según Sergio Casanova Díaz, profesor asociado de psiquiatría Infantil de la Universidad del Bosque, el efecto Werther parte de una actitud natural de imitar de los humanos. "En la adolescencia, se presenta en la forma de imitar la conducta de sus ídolos o sus pares: se peina como ellos, camina como ellos, actúa como ellos y, en el peor de los casos se suicida como ellos".

De allí que la forma como se informa de un suicidio en los medios tenga tanta influencia. Por ejemplo, entre 1984 y 1987, en Viena, Austria, hubo una ola de suicidios de jóvenes que saltaban frente a los vagones del metro. Cuando se indagó por las causas, se encontró que, en buena medida, imitaban a otros jóvenes cuyos casos habían conocido en detalle gracias a la prensa. Entonces se realizó una campaña que incluía modificar la manera de contar los hechos y, en efecto, al cabo de seis meses, los suicidios de esa especie se habían reducido en 80%.

"LA DIVULGACIÓN EXTREMA DE NOTICIAS SOBRE SUICIDIOS PUEDA CREAR UNA CULTURA DEL SUICIDIO". ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD

"La divulgación extrema de noticias sobre suicidios puede crear una cultura del suicidio", señala la Organización Panamericana de la Salud. De allí que las asociaciones que trabajan contra el suicidio hagan recomendaciones , como evitar que éstos sean tema de portada, publicar fotos de los fallecidos, detallar la muerte, dar explicaciones simplistas y únicas, o atribuir valores positivos y exaltar la personalidad de los suicidas.

Sin embargo, es claro que los medios de comunicación no son la causa de los suicidios, sino que, más bien, son susceptibles de dar ideas. Como expresa Sergio Casanova, la influencia de los medios no es directa. "Hay factores individuales, de familia, de situación personal o escolar que hacen que ciertas personas sean más proclives a imitar otras conductas, pero el terreno tiene que estar abonado". Ahí es cuando se hace necesario mirar si hubo violencia doméstica, maltrato, abuso sexual, abuso de sustancias tóxicas, abandono, acoso en el colegio o presión académica. La conjunción de algunos de esos factores puede dar la explicación final. www.revistacambio.com


EL ECO DE LA FAMA

MARILYN MONROE (1926-1962). Actriz estadounidense. Antes de su muerte había vivido un romance con John F. Kennedy, cuya repentina decisión de abandonarla podría haberla impulsado a consumir barbitúricos. Durante el mes de su muerte (agosto), en Estados Unidos hubo 303 suicidios, lo que significó un incremento del 12%.

YUKIKO OKADA (1967-1986). Cantante pop japonés, ídolo durante los 80. Se cortó una muñeca, llenó su apartamento de gas y, dos horas después, desorientada por los gases, saltó de un séptimo piso. Veintiocho adolescentes se suicidaron durante los días siguientes. En Japón se habló del "síndrome de Yukiko".

KURT COBAIN (1967-1994). Cantante estadounidense, líder la banda Nirvana. Su cadáver fue hallado en su casa, con la cabeza destrozada por un disparo de escopeta. Varios adolescentes se mataron posteriormente mientras escuchaban música de Nirvana. Algunos dejaron notas mencionando a Cobain.

HIDETO MATSUMOTO (1964-1998). Japonés, ex guitarrista de la banda X Japan. Fue encontrado colgado del cuello en la puerta de su habitación. Unos días después, una joven fanática se ahorcó, otra se lanzó de un puente y otra, tras dejar flores a la tumba del cantante, se cortó la muñeca con un cuchillo. Sólo la primera murió.