Hernando Vanegas
Definición: El aborto es la terminación del embarazo por decisión propia de la mujer, por pérdida o destrucción del feto antes de la semana 20 de la FUM. El aborto puede ser completo o parcial. En ambos casos el tratamiento es el mismo. El aborto puede ser espontáneo o inducido.
Se considera que el aborto espontáneo es un mecanismo de selección natural para terminar el embarazo con un feto comprometido o mal formado.
El aborto inducido se practica en casos de violaciones a la mujer o por preferencia personales, o en los casos espontáneos en los cuales no se ha producido expulsión del producto. En este último podemos colocar los abortos incompletos o completos ya que es necesario revisar que no haya quedado ningún pedazo de placenta o membranas que inducirían sangrado profuso. En el caso del aborto inducido tiene consideraciones éticas y legales y el debate es de nunca acabar, pues tiene ramificaciones religiosas, legales, personales, etc.
Aspectos Médicos: El aborto espontáneo ocurre cuando fracasa el desarrollo del huevo, cuando existe una expulsión completa o parcial de los productos de la concepción, del embrión o feto y de la placenta; o cuando el feto muere antes de las 20 semanas posteriores al último período menstrual o Fecha de Última Menstruación (FUM).
Las estadísticas médicas muestran que más o menos tres cuartos de las concepciones –embarazos- son espontáneamente abortadas. La mayoría ocurre antes que el embarazo de la mujer haya sido confirmado, antes de las 6 semanas, después de la última menstruación. Una quinta parte de los abortos espontáneos ocurren en embarazos ya confirmados y alrededor de una décima parte en las mujeres hospitalizadas por problemas en el embarazo o en su salud (en los Estados Unidos). La mujer puede experimentar contracciones o pérdidas de sangre similares a las de una menstruación normal, mayores dolores (contracciones) que recuerdan a los del parto –si ya ha parido- o pérdidas sanguíneas.
El aborto inducido es un procedimiento artificial que tiene como objetivo terminar el embarazo. La mayoría de los abortos inducidos en los Estados Unidos, y en casi todos los países, se realizan en el primer trimestre (12 semanas) luego de la última menstruación. Prácticamente todos los abortos efectuados en el primer trimestre emplean un procedimiento llamado aspiración al vacío o curetaje al vacío.
Previa anestesia regional o general y después de dilatar el cuello uterino, un tubo plástico ahuecado con un orificio próximo a su extremo se inserta en el útero. El embrión o feto y la placenta son aspirados a través del tubo utilizando una presión al vacío. O se usan curetas cortantes o romas que raspan el útero y extraen todos los productos de la concepción. Puede haber problemas cuando en el proceso de dilatación se hace una falsa vía hacia la matriz o cuando se presiona mucho la cureta y ésta perfora el cuerpo uterino (músculo uterino), lo cual en manos inexpertas puede llevar a sangrado profuso, infección y/o la muerte de la paciente.
Los abortos inducidos en el segundo trimestre son más complicados. A no más de 16 semanas desde la última menstruación, la técnica más común es la dilatación y evacuación, con el método con que se cuente en el hospital o clínica.
El siguiente procedimiento más empleado consiste en la colocación de hormonas llamadas prostaglandinas en el cuello de la matriz, en el fondo de saco de Douglas o en el recto, o bien se adminsitra oralmente el medicamento.
Complicaciones: Perforación del útero, sangrado profuso, infección (por no utilización de técnicas asépticas, estériles).
Consideraciones ético-legales: Dependiendo del tipo de sociedad así será la posición sobre el aborto. Hoy día es considerado un derecho de la mujer decidir si interrumpe o no un embarazo. Ella y sólo ella es la única persona capaz de evaluar los pro y los contra de una decisión importante en su vida.
En Suecia, las jóvenes tienen el derecho de decidir qué van a hacer con un embarazo no deseado. Mucho más en caso de violación (poquísimas, afortunadamente). Es tal la libertad que tienen ellas que lo pueden decidir sin el concurso de sus padres o contra el querer de éstos y la ley las ampara si son menores de 18 años, incluso las autoridades sanitarias no pueden comunicarles a los padres si así lo determinanan las jóvenes.
Es evidente que tal protección legal les da una razón suficiente para confiar en los cuidados médico-sanitarios. Los jóvenes tienen la capacidad de enfrentar su sexualidad con total independencia, lejos de consideración religiosas o mojigatas, atenidos nada más al aspecto legal que los rige, valorando qué les conviene y qué no, mirando únicamente su futuro como pareja.
Aspectos psicológicos: Algunas mujeres experimentan fuertes complejos de culpa, los cuales deben recibir el tratamiento médico y psicológico adecuado para su superación. El amor de la pareja y la comprensión de la familia son fundamentales en estos casos. El seguimiento de las jóvenes –y su pareja- cuando deciden practicar un aborto es mandatorio para asegurarse que no quedaron secuelas de ningún tipo, no solo de las físicas.
Desde luego que a las jóvenes se les hace todo el refrescamiento de lo enseñado en la escuela y recordar que no se puede estar realizando un procedimiento de ese tipo a cada momento. La prevención es fundamental, aún cuando haya momentos en que se "pierde la cabeza".
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