Sobre las atrocidades nazis a los prisioneros, judíos y no judíos.
Autor: Heather Pringle
Editorial: Debate
La última novela que leí, mencionaba en diversas ocasiones a la organización nazi Ahnenerbe como división de arqueológica relacionada con la Atlántida y dado que la historia de la Atlántida y las historias de nazis y ocultismo (Hellboy, Indiana Jones, Dod Snow…) siempre me resultan atractivas, decidí buscar algo más sobre su trabajo e historia. Afortunadamente este era el único libro al respecto y disponible en la biblioteca, por lo que terminé cogiéndolo a pesar del aspecto de “tocho” que tenía: 400 páginas de historia documentada de la organización, 120 páginas de notas y 25 de referencias y bibliografía.
Por su tamaño ha sido un libro incómodo de llevar, pero ha merecido la pena, porque se trata de una obra profunda, llena de detalles (5 años de trabajo de investigación de la autora) y con una narración y ritmo excelentes. Pocas veces puede uno disfrutar así, de una historia que no es novela y que narra sucesos históricos documentados. Es cierto que la autora se toma algunas licencias al relatar algún episodio, pero resulta una ayuda a la lectura y convierte lo que podría haber sido un ladrillo de datos históricos acerca de decenas de personas, en una historia fascinante sobre la historia nazi, sus personajes y trabajo.
Y ahora al grano.
Ahnenerbe o SS-Ahnenerbe, grosso modo, fue la organización nazi encargada de potenciar y dar un aspecto serio y científico a la ideología del Tercer Reich. Junto a las SS, era la niña bonita de Heinrich Himmler, el hombre de mayor poder del Reich tras el mismo Hitler y responsable ideológico del partido, y a lo largo de diferentes épocas, fue pasando de organización de iluminados y tarados obsesionados con el origen de la inventada raza aria, hasta organización de planificación del horror nazi más execrable y digno de película de terror. Y eso sin olvidar sus etapas de espionaje, propaganda y saqueo internacional a gran escala.
El libro nos cuenta esta desconocida historia de la organización y sus viajes de investigación racial, espionaje militar y saqueo (realizados, o planificados e interrumpidos) a lo largo y ancho del mundo: Francia, Suecia, Tíbet, Crimea, Islandia, Perú… la Ahnenerbe no reparaba en gastos para construir una ideología nazi de la superioridad aria que poder vender dentro y fuera del Reich. Algo que al parecer hizo con tanto éxito que a día de hoy me pregunto si muchos de los tópicos que difundieron todos aquellos racistas y defensores de una superioridad aria, no se conservan hoy de alguna manera, y cuyas técnicas de propaganda, deformación de la realidad y funcionamiento corrupto pueden verse a día de hoy en otros regímenes y gobiernos (incluso los democráticos) a mayor o menor escala.
También podemos aprovechar el libro para conocer la Segunda Guerra Mundial y algunos de sus personajes desde una prospectiva diferente a la habitual, y darnos así cuenta del colosal tamaño de los horrores que produjeron los nazis. Porque leyendo la vida y obra de estos ideólogos del Reich, uno entiende que el exterminio judío solo era una parte de lo que pretendían a largo plazo: el asesinato o esterilización (y esclavización) de todo aquello que no fuese 100% ario (alemanes incluidos) y que no se circunscribía solo a las personas, sino también a la religión (vuelta al paganismo), la cultura (vuelta a una sociedad agraria) e incluso a la flora y fauna (uso de especies “arias”, supuestamente más resistentes y “puras”). Realmente era una locura como el mundo nunca ha visto y ahora entiendo y aplaudo que en Alemania haya unas leyes que prohíben determinadas acciones pro-nazi por encima de la libertad de expresión y otros derechos básicos.
Para no extenderme, y antes de las habituales citas, mencionar que el libro trata la historia de la organización, investigaciones y personajes desde los años treinta hasta el final de la guerra con los juicios de Nuremberg, pero también cuenta el final posterior de personajes supervivientes a la guerra y que murieron de vejez en los 80 y 90 así como un resumen de la entrevista al doctor Bruno Beger, que formó parte de la Ahnenerbe y aun vive.
A continuación los acostumbrados extractos, en este caso algo extensos pero el libro contiene mucho más de lo que puede comentarse o citarse:
Acerca de un invento para hacer más visibles a los coches las bicicletas de noche (reflectores de pedal) […] en 1936 la organización constituyó una empresa conjunta con el maquinista a fin de comercializarlos. Himmler tenía la intención de utilizar parte de los ingresos derivados de ello para financiar la Ahnenerbe. Al final, sin embargo resulto que […] otro inventor alemán había diseñado un dispositivo de seguridad similar, del que había solicitado la patente. No obstante, este competidor carecía de algo muy importante, tener a las SS como socio comercial; así que su solicitud de patente quedó enterrada. […] y en 1938 Himmler utilizó su autoridad suprema como jefe de la policía alemana para hacer que se aprobara una nueva ley de tráfico, la cual exigía que todas las nuevas bicicletas alemanas estuvieran equipadas con el pedal reflectante de Loibl. […] Quienes inicialmente se negaron a pagar [royalties al inventor y su socia comercial, las SS de Himmler] no tardaron en comprobar que resultaba más prudente hacerlo.
Himmler había equipado Sonderzug Heinrich [su tren privado] con todo lo que podía necesitar un cuartel general móvil de las SS y la Gestapo: tres vagones armados con cañones antiaéreos, un vagón de equipajes, un lujoso salón, vagón administrativo y de secretaría, comedor con cocina centroeuropea, vagón nevera, seis dormitorios, y un vagón de comunicaciones equipado con instalaciones de radio y telegráficas.
[Tras el saqueo posterior a la invasión de Polonia] Sievers [cargo de la Ahnenerbe] calculaba que a finales de 1941 la entidad había confiscado bienes por valor de […] unos 13 millones de euros actuales, cifra que probablemente está muy por debajo de la realidad. Göring [ministro del aire de la Luttwaffe y conocido por su codicia] se quedó con la mayor parte de las ganancias, aunque la Ahnenerbe le paso una factura por sus servicios, cobrándole el 10 por ciento del total; parece ser, no obstante, que Göring jamás llegó a pagarla.
[Durante la invasión nazi de Crimea en el frente ruso] algunos de los miembros de los escuadrones [de la muerte] habían empezado a quejarse del estrés psíquico provocado por el hecho de fusilar a un número tan grande de mujeres, niños y bebés a sangre fría. Sin embargo, lejos de poner fin a aquel terrible derramamiento de sangre, Himmler y los jefes de las SS se limitaron a proponer un método de matanza más impersonal: vagones de gas móviles.
Los investigadores médicos de Auswitch y de otros campos de concentración habían empezado ya a probar una amplia gama de posibles procedimientos de esterilización en sujetos humanos, que iban desde inyectar sustancias cáusticas en el útero de las mujeres hasta exponer el pene y el escroto de los hombres a niveles peligrosos de rayos X. [a menudo mortales y que producían quemaduras graves en ingles y nalgas]
[Tras el suicidio con cianuro de Himmler en el campo de detención aliado] Durante dos días, el cuerpo de Himmler permaneció en el suelo de Lüneburg. Diversos funcionarios rusos y norteamericanos deambularon a su alrededor observándolo para confirmar su identificación; después apareció un médico que sacó varios moldes de yeso de la cabeza de Himmler, luego le quitó el cerebro y se lo llevó.Nota curiosa: Resulta perturbador conocer el que Himmler mantuviese una lista completa de los libros que leía y sus impresiones sobre cada uno, como más o menos hago yo (aunque no lo hago con todos). Y leía mucho más que yo.
En resúmen, un libro para amantes de las historia reciente, interesados en la guerra, la naturaleza humana más abominable, lo paranormal, o la Segunda Guerra Mundial.
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