Tomado de Liberación. No se puede
descartar la posibilidad de recobrar el movimiento de las extremidades
inferiores y superiores después de una parálisis o accidente.
Investigaciones confirman sobre la movilidad de ratas paralíticas con
lesiones en su médula, la creación de un robot para rehabilitar a
personas con problemas motores y la idea de desarrollar una mano
artificial antropomórfica articulada.
Caminar, correr o simplemente ponerse de pie, son quizá los sueños
más deseados por quienes han sufrido lesiones de médula espinal y no han
vuelto a mover sus miembros inferiores. Al parecer un nuevo estudio,
publicado en la revista Science, está cerca de hacerlo posible.
La investigación fue desarrollada por especialistas del Instituto
Federal Suizo de Tecnología, quienes aseguran haber restaurado la
movilidad de ratas paralíticas por lesiones en su médula, al
estimularlas con químicos y electricidad. Incluso —dicen—, los roedores
lograron correr y subir escaleras tras ser estimulados.
Los expertos afirmaron que se trata de un estudio “excepcional” y que
restaurar las funciones motrices después de una parálisis “no puede ser
descartada más como un sueño imposible”.
Según el diario BBC Mundo, la médula espinal de los animales fue
cortada en dos partes. O sea, que la información no podía viajar del
cerebro a las patas, aunque la médula seguía completa. Luego, trataron
de reparar el daño.
Para lograrlo inyectaron químicos en la médula para así estimular los
nervios en la espina dorsal. Además, activaron la base de la médula con
electricidad. Los especialistas afirmaron que estaban despertando el
“cerebro espinal”.
No obstante, las estimulaciones no fueron suficientes para restaurar
el movimiento. De ahí que se recurrió a un arnés robótico, con el cual
las ratas fueron capaces de caminar y hasta correr en la búsqueda de una
recompensa comestible.
El líder del proyecto, Gregoire Courtine, explicó que “con el tiempo
el animal recupera la capacidad para realizar uno, dos pasos, luego
correr de manera progresiva y eventualmente correr a toda velocidad,
subir escaleras e incluso superar obstáculos. Es completamente
inesperada esta recuperación”.
Los científicos se mostraron optimistas al comprobar, además, que se
estaban formando nuevos nervios a través de la herida de las ratas y que
había cambios en el cerebro. Sin embargo —confesaron—, esta no
constituye todavía una cura para heridas en la médula espinal de seres
humanos.
Un ciudadano de Oregón, Estados Unidos, nombrado Rob Summers, que
quedó parapléjico después de que lo atropellara un auto, también recibió
los beneficios de la estimulación eléctrica. Al igual que las ratas del
experimento suizo, en 2011 fue capaz de ponerse de pie nuevamente,
luego de que su médula recibiera este tratamiento.
Reggie Edgerton, uno de los especialistas de la Universidad de
California, en Los Ángeles, que ayudó a Summers a ponerse de pie, dijo a
la BBC que el estudio suizo es sumamente importante y que una vez más
se confirma que la clave está en involucrar al cerebro. “Uno tiene que
hacer que la rata quiera dar el paso. Demuestra la importancia del
entrenamiento y la rehabilitación”, dijo.
Si bien aún no está claro cómo ocurre esto —precisó— es posible que
estemos activando la médula espinal hasta niveles críticos, cerca del
nivel en el que causaría movimiento, y una pequeña señal del cerebro da
el impulso final.
Bryce Vissel, especialista del Instituto Garvan para la Investigación
Médica en Sydney, Australia, confesó sentirse emocionado por los
resultados. “El mayor avance es mostrar que es posible estimular casi
toda la recuperación funcional en las ratas con una lesión profunda,
utilizando una combinación de drogas terapéuticas inyectadas a la médula
espinal, estimulación eléctrica de la médula y ayuda inicial para
caminar. Estamos a punto de un avance verdaderamente profundo en la
medicina moderna”.
Asimismo, Mark Bacon, director de investigaciones en la organización
benéfica Spinal Research, apuntó que se trata de una fuerte demostración
de que la investigación médica está yendo en la dirección correcta.
“A pesar de toda la complejidad, el mensaje importante acá puede ser
que nuestro enfoque estándar hacia la rehabilitación puede no estar
aprovechando al máximo el potencial de restaurar las funciones si no
ofrecemos una retroalimentación “gratificante” a todas las partes del
sistema nervioso, incluyendo el cerebro”.
CYBORG revolucionario
Asistente Híbrido de Miembros o Hybrid Assistive Limb (HAL), es el
nombre de un robot cyborg presentado recientemente en Alemania, que
podría contribuir a la rehabilitación de personas que han sufrido
lesiones de médula espinal.
El principio de funcionamiento de HAL es muy sencillo. Cuando la
persona intenta moverse, las señales nerviosas se transmiten desde el
cerebro hasta los músculos. Luego, unas pequeñas bioseñales se crean en
la superficie de la piel, y son captadas por el robot, que ayuda al
paciente a mover los distintos miembros. Para que la marcha sea más
natural, el aparato llega hasta el final de brazos y piernas,
permitiendo, incluso, el movimiento de los tobillos.
El peso del aparato ronda los 23 kilogramos para cuerpo entero,
mientras que si es solo para la parte inferior se reduce hasta los 15
quilos. En la zona de la cadera está situada la unidad de control
trasera, una de las partes más importantes del sistema, así como las
baterías, que duran en funcionamiento dos horas y 40 minutos.
Proyecto HANDLE de cara al futuro
Quienes hayan sufrido la pérdida de alguna extremidad superior,
querrán conocer los propósitos del proyecto HANDLE, que pretende
desarrollar una mano artificial antropomórfica articulada.
El proyecto, que reúne a investigadores de nueve instituciones
asociadas de seis países europeos, es un intento por desarrollar una
mano artificial más autónoma que las existentes hasta este momento,
capaz de realizar movimientos como los de las manos naturales.
Su tamaño será similar a la extremidad media de un varón adulto y
tendrá un peso que oscilará sobre los cuatro quilos. La mano estará
compuesta por numerosas piezas de aluminio y plástico mecanizado de alta
precisión, además de sistemas sensoriales y de actuación. En total, el
sistema podrá realizar 24 movimientos, igual que una mano humana.
Investigadores estiman que para conseguir una mano artificial capaz
de realizar ciertas tareas complejas con un alto nivel de precisión,
autonomía y destreza se necesitarán aproximadamente 15 años de
investigación.
En la fase inmediata de HANDLE, que estará en marcha hasta 2013, se
integrarán en un único sistema los resultados hasta la fecha de los
nueve socios del proyecto.
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